viernes, 23 de marzo de 2012

24 de Marzo. Pablo Míguez


Entre los miles de muertos que dejó la dictadura genocida, se encuentra Pablo Míguez.
Pablo. Mírenlo bien, acuérdense de su cara, háganlo suyo. Piensen -mirándolo- lo que un pendejo de 14 años podía pensar, imaginen sus sueños, sus ganas, sus proyectos.
Miren esta cara, acuérdense de ella. Por favor, acuérdense de ella.
Mírenla.
Este esra Pablo


Lo secuestraron cuando tenía 14 años. 
Al saber este tipo de datos me pregunto: ¿en qué están pensando aquellos que boquean cosas como "era una guerra", "fue una lucha contra los guerrilleros", "mirá que no eran ningunos santos, eh" y demás animaladas. Porque a ver, decime qué tan "guerrillero" podía ser un pibe de 14 años. O qué tan "no santo". O en qué guerra se secuestra gente -ya no importa la edad- y se los tortura hasta el cansancio o hasta la muerte, y se violan mujeres, y se secuestran bebés, y se roban bienes y pertenencias.

Este nene estuvo detenido en la ESMA durante un mes. Después lo trasladaron, no se sabe adónde.
Hoy continúa desaparecido.
Lo que sigue es parte del testimonio de una compañera de detención. Gracias a Dios, ella sí pudo zafar con vida para contarnos esta historia, que es una manera de que Pablo no haya muerto tan en vano.

"Cuando lo conocí, Pablo tenía 14 años pero no representaba más de doce con su carita de pibe travieso, sus pecas junto a la nariz, sus ojos de chispazos, su cuerpo esmirriado. Era tan chico, tan vivaz, aparecía tan indefenso en ese mundo alucinante, que no pocos guardias se conmovían por su presencia. Le habían puesto un “tabique” sobre los ojos que casi siempre usó como vincha y cada vez que podía se las arreglaba para salir de la cucheta, servir el mate cocido, leer una revista. En ese largo y fugaz mes que estuvimos juntos, Pablo me contó del Vesubio, de los presos trasladados desde allí, de su mamá, de quien no se despidió (”ella estaba en la cocina”), de la esperanza de que lo llevaran con su padre, de su vida en el mundo de afuera –el colegio, la natación, los hermanos, la abuela, los primos y el turf–, de sus amores y sus miedos. Habíamos encontrado una forma para hablar sin que se notara y con los ojos cubiertos, cada uno tirado boca abajo en la cucheta o arrodillándonos contra el tabique de madera que nos separaba. Lo doblaba en años pero nos cuidábamos mutuamente. Yo intentaba protegerlo, sobre todo alguna noche que despertaba lloroso, “soñé con mi mamá”. El también intentaba protegerme: cuando me contó que lo habían picaneado y me descontrolé, se desesperó por tranquilizarme. "Tanto no me dolió”, decía.
Mientras estuvo allí, nadie apareció haciéndose cargo de su caso. Eso lo angustiaba. No sabía quién era “dueño” de su vida, a quién rogarle su libertad.
Se lo llevaron una tarde de fines de septiembre del 77. Yo venía del baño cuando en un instante vi que la puerta se cerraba tras él, que caminaba a ciegas, de la mano del jefe de guardia. Pensé que se trataba de algún trámite. Arriba, en “capuchita”, los otros presos me dijeron que no, que se lo habían llevado y que Pablo pedía verme. Quise creer entonces que lo liberarían. ¿Quién podía enviar a la muerte a un chico de 14 años? El día antes del Juicio a las Juntas, en Tribunales, alguien me dio un volante con su foto. “Pablo Míguez, desaparecido”, decía".
Lila, sobreviviente de la ESMA

Hay 30.000 historias como esta. O no, seguramente muchas son distintas. Todas, sin embargo, guardan un hilo conductor: son relatos del horror, de un horror que jamás deberíamos haber permitido. Como pueblo, como sociedad, como conjunto. La dictadura cívico-militar es una herida abierta porque es una enorme vergüenza que tenemos en nuestra historia.

El 24 de Marzo de 2004 Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado por los crímenes cometidos durante la última dictadura cívico-militar. A partir de ahí, se empezó a contar otro cuento. Uno de reivindicaciones, justicia, aceptación y reparación histórica.
Me gusta pensar que Néstor pidió perdón en nombre de todos nosotros, aunque yo personalmente ni había nacido cuando esos delincuentes hicieron lo que hicieron. Pero como parte del pueblo argentino, también pido perdón.
Por Pablo.
Y por todos los que hoy no están.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Breve debate sobre "El Respeto"

Así es, mis queridos amigos, como lo dice el título. Se me ocurrió preguntar en una red social (y, por qué no, preguntarme) qué opinaba la gente sobre este tema.
La pregunta específica fue la siguiente:


Las respuestas que recibí fueron estas (no puse todas pero casi).
Una cosita: si no ven bien las imágenes prueben abrirlas en una nueva pestaña




















































En este punto como verán aparecí yo dando mi opinión al respecto. Lo que puse fue esto, que, como dice mi comentario, no es obra mía sino del maestro Alejandro Dolina, que expresó exactamente lo que pienso (con muchísima más altura que yo, por supuesto):


Y siguieron las opiniones...






































Punto aparte: agradezco a todos los que se coparon, participaron y aportaron su punto de vista al respecto. Buenísima onda, muchas gracias

Y así fue como se armó un lindo y más que interesante debate acerca de "el respeto", las ideas u opiniones del otro, la tolerancia propia y ajena, si esa tolerancia es válida en todo momento y con todo el mundo, si todas las personas y todas las ideas merecen respeto, etc.
¿Ustedes qué piensan de este asunto?

domingo, 4 de marzo de 2012

Una idea absurda (y pasada de moda)


“Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. 
El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. 
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo. Eso, mi querido amigo, es el fin de cualquier Nación. 
No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.

Pero mire usted qué lindo. ¿Espera un aplauso o algo así cuando me tire ese párrafo por la cabeza?
Sepa desde al vamos que no va a recibir lo que usted espera, sino más bien una gruesa carcajada, y eso si estoy de humor.

Ese párrafo -tan difundido entre ciertos sectores- es, para empezar, de una chatura importantísima. Ese 2+2=4 barato no cierra ni por asomo.
Y para seguir es un concepto erróneo.
¡Ojo! No es que lo digo yo así porque soy guapo. Nada de eso.
Lo dice la experiencia. La experiencia que tuvimos acá (yamal que para, yamal que cierra, por ejemplo) y lo tienen ahora en gran parte de Europa y en EEUU también.
Ese pseudo concepto que apunta a decir que lo que supuestamente no sirve se va, se excluye. Que si algo no genera ganancias no sirve. Y que justamente el Estado es una gran compañía que divide ganancias. Un concepto que reduce al Estado al mero rol de una empresa corporativa, que “premia” al productivo y aísla al que “no sirve”. Así sin más. Como si se tratara de números, fríos, distantes. No de personas, de seres humanos, de sujetos de derecho que forman parte de una sociedad.

Pero lo que más me llama la atención de la adoración a esta idea por demás neoliberal es el hecho de que no sé si saben quién es el autor.
Quien escribió esta animalada es un sujeto llamdo Adrian Rogers.
¿Y quién es Adrian Rogers?
Bueno, más bien "quién fue", ya que murió en el año 2005.
Pero, o sea, ¿quién fue?
¿Un economista?
¿Un político?
¿Un dirigente sindical?
¿Un periodista?

No, amigos.
Adrian Rogers fue un pastor estadounidense. 
Sí, un pastor. Un miembro de la iglesia bautista de Estados Unidos.
Y un tipo de pensamiento conservador, o sea de derecha. Conservador en EEUU, o sea… si Obama (que se supone es menos conserva que los otros) ya es derechista, imagínense a este tipo.
Sin mencionar que -lo recuerdo otra vez- era PASTOR.

Esto es:
La frase que muchos recitan cual rosario sagrado no es nada más que las palabras de un simple pastor de iglesia yanqui, que encima era conservador en un país de conservadores.
O sea, un hombre que no tenía ni la menor idea de política y que -si algo más le faltaba para desacreditarse solo- pertenecía al ala derechista estadounidense.

Ya que la onda viene de un religioso, les pido...
Por Dios
PIENSEN UN POQUITO MÁS CUANDO ALABAN IDEAS AJENAS