domingo, 30 de septiembre de 2012

Estado: enorme palabra

Tené más cuidado cuando hablás del Estado, ¿ok?
Sí, te lo digo a vos, neoliberalito, a vos, conserva, a vos derechoso en general, o incluso a vos, ciudadano desprevenido, que denostás al Estado porque según vos "no debería interferir en..." y el resto que le sigue.
Bobadas. Bobadas o guachadas, una de dos.
Personalmente, no tengo ni el más mínimo respeto hacia quien me dice -a sabiendas de lo que dice- que el Estado no debe intervenir en la vida de la gente o en los emprendimientos privados.
CREO EN UN ESTADO INTERVENCIONISTA. Lo digo con mayúsculas y en negrita a propósito, no vayan a creer que fue un descuido de mi teclado, no, para nada.
Y lo creo hasta en lo más hondo de mi recalcado ser.

El Estado somos todos. Frase remanida, si las hay, pero no deja de ser cierta. ¿El gobierno? El gobierno es el administrador de ese Estado, administrador que elegimos todos nosotros al momento de votar. Por eso de que el pueblo no gobierna ni delibera sino por medio de sus representantes, y por eso los votamos, y por eso ellos son los responsables de hacer ciertas cosas por nosotros.

El Estado es nuestro representante. Nos representa a todos y todas, los 40 millones que vivimos en este país. El gobierno, como elegido para guiar nuestros rumbos, debe velar por el bienestar de esos 40 millones.
Supongamos que viene una empresa privada. Eso quiere decir que es de dos o tres tipos, no de los 40 millones, y quiere -como toda empresa privada- ganar guita. Poco le importa a esa empresa la población de ese país, obvio, sólo le importa ganar. Y, para eso, ponele, quiere pagar sueldos de 0,10 por día.
Bueno, para los amantes del "Estado que no se mete", eso sería aceptable. Después de todo, para ellos "el mercado se regula solo". Pero para el sentido común no, porque "el mercado se regula solo" la chota. Porque el pueblo no es "mercado", y debe ser defendido de estas prácticas esclavistas. Y ahí es donde entra el Estado. Y le dice a la empresa "mire, la cosa no es así. Usted le tiene que pagar a este tipo X por mes, porque eso es lo que le permite vivir dignamente, que es por lo que trabaja".
A la empresa seguramente eso le parecerá mal, porque ganará menos de lo que se proponía. Pero ¿saben qué? Al carajo con la codicia de la empresa, alguien tiene que defender a ese trabajador.
Y ese alguien es el Estado.

Lo mismo pasa con la distribución de la riqueza.
No entendida como la entienden los que se autodenominan zurdos hoy por hoy, sino como otra cosa.
Sistema solidario, no sé si les suena.
Eso es -entre otras cosas- distribución de la riqueza.
Salud pública, educación pública, jubilación pública.
En eso también está el Estado.
Si no tenés un mango partido al medio, igual podés ir a un hospital y ser atendido. O a una escuela y ser educado. O podés llegar a los 60-65 años y jubilarte.
Porque el Estado te lo asegura, el Estado es el que está ahí para garantizarte que no te vas a morir, ni vas a ser un analfabeto, ni vas a tener que laburar hasta los 101 años.
Ahí también está el Estado.

Regulando las importaciones, en eso también el Estado protege al país. Acordate de los 90, o leelo, o preguntale a tu viejo. En esa década, el Estado estuvo TAN ausente, que entraba cualquier cosa de cualquier lado a un precio irrisorio. ¿Qué generó eso? Que las fábricas nacionales que producían lo mismo que entraba, vieran que sus precios eran muy altos en comparación con los de afuera, y por eso... quebraran. Dejando un tendal de miles de miles fe fábricas y familias sin trabajo.
¿El Estado protegió a esos pequeños y medianos productores? Claro que no. Se fundieron todos. Y pasaron a formar parte del 25% de desocupados que tuvimos a fines de 2001.
¿Y todo por qué? Porque el Estado estuvo ausente.

El Estado está también cuando hay una ley que no se cumple. Está para asegurarse de que se cumpla. No se lo pidas a los privados, porque entre ellos se entienden y nunca va a haber justicia, sino conveniencia.

El Estado es tan importante como un país. Tanto es así, que si no hay Estado, virtualmente, no hay país.
El Estado debe intervenir, lo debe hacer en beneficio de una nación, para que al país, para que a vos, no te caguen en la cabeza. Porque sabelo, ninguna empresa privada se va a preocupar por tu suerte y fortuna. Ninguna.

Un estado activo es el que hace que vos, pebete, puedas vivir y crecer.
Porque regula la economía no a favor de los grandes grupos que no les importa si nos funden, sino a favor tuyo.
Porque no permite que cualquier gil con título de propiedad te cague en la cabeza.
Porque impide que los privados hagan lo que mejor saben hacer: ganar guita. Y, en el camino, y para ganar esa guita, te estafen a vos, porque obvio es más lucrativo pagar menos y ganar más (leyes laborales, con el Estado vigilando que se cumplan, te ayudan)
Vigilando las leyes, haciendo que se cumplan, el Estado te da una mano.

Si no estuviera el estado, el mercado se regularía por si solo, como quieren los nostálgicos de los 90.
Pero, como ya nos lo enseñó la historia, tendríamos cada vez más pobres, indigentes, fábricas cerradas, casas rematadas, jubilados muriéndose, pibes sin poder estudiar.
Porque "el mercado lo regularía todo"
Y al mercado le chupa un huevo el pueblo.

Así que...
Más respeto cuando hables del Estado.
Que es el que te permite vivir y comer, pedazo de desagradecido.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Dolar sí, dolar no

Lamento enormemente que mi Argentina sea un país tan mentalmente dolarizado.
No es algo nuevo, sin embargo. Desde Marzo de 1976 se viene taladrando la idea que que "hay que pensar en dólares". Tantas décadas de repetir lo mismo dieron sus frutos. Y, por supuesto, los vaivenes económicos también daban (y dan) lugar a la famosa "bicicleta cambiaria". Compro hoy, espero que suba, cambio mañana... o pongo un plazo fijo en dólares, me da intereses también el dólares, mirá todo lo que gané en un año.
Hubo gente que hasta hizo eso son ningún tipo de mala intención, defraudados o cagados por los sucesivos gobiernos a los que poco les importó del bienestar general. "Si el estado no se preocupa por mí... ¿por qué debería hacerlo yo por el estado?"
No culpo a aquellos que, viéndose enterrados por el mismo estado que debía cuidarlos, buscaron una ingeniosa manera de ganar unos pesos más.
Pero convengamos que la bicicleta financiera, especialmente la de los grandes grupos económicos, fue un factor muy importante para que Argentina se fuera al infierno, al más bajo de Dante y su Divina Comedia.

Pero bueno, yo no soy economista, y no pretendo hacer un análisis como tal.
La cosa es que Argentina es uno de los países más dolarizados de la región, si no el más.
Todo lo pensamos en esa moneda, y eso es lo que lamento enormemente.
¿Por qué lo lamento tanto en estos días? Entre otras cosas, por el denominado "cepo cambiario" que tanto resuena en las cacerolas... perdón, en la opinión pública últimamente.

Porque hoy por hoy, parece que para algunos y algunas es razón de derrocamiento el hecho que no te dejen comprar dólares.
Porque, según me vengo a enterar, eso es parte de "la libertad" de un país, si te dejan o no comprar una moneda extranjera. Curiosa definición de "libertad" la que reina en los medios masivos.
O sea que Brasil -país alabado hasta el vómito por esos mismo medios masivos- es un país en el que "no hay libertad", porque ahí ni en pedo te permiten abrir un plazo fijo en dólares. Tampoco te aceptan esa moneda cuando querés pagar algo. No. La onda en Brasil son los Reales, su moneda nacional. Y mirá qué loco, si a un brasilero le das a elegir entre 2,50 reales (más o menos) y un dolar... el brasilero te agarra los reales, sin dudarlo.

Y "cepo cambiario" de acá, "cepo cambiario" de allá, me encontré con una persona acá mismo, en este blog, que se quejaba de eso.
Esa persona me decía que él debe mandar todos los meses una suma X de dólares a un familiar que está en España. Y que ahora, por las restricciones, no podía hacerlo.
Y en este tema de "dolar sí, dolar no", es que le respondí esto.
Que creo resume todo mi pensamiento al respecto.
(Modifiqué un par de cosas. No cambié ninguna escencia, pero quizás desarrollé algunas cosas que no se me ocurrieron al momento de responder).

Lamento que tengas un hijo en España con problemas económicos, y que no le puedas mandar esa plata que le mandás siempre. Nunca está bueno cuando se te impide hacer algo como lo que vos hacés. Lo entiendo, creeme que lo entiendo, y no me pone feliz una situación como la tuya.
Pero te acerco un enfoque distinto, y una pregunta: ¿pensaste que las medidas que se están tomando son -justamente- para que muchos argentinos sigan teniendo la posibilidad de tener un laburo? ¿Pensaste que por las políticas que lleva a cabo el Gobierno Nacional es que vos hoy tenés trabajo? ¿Y que sin eso, sin un trabajo, nadie podría ayudar a un familiar en desgracia si es que lo tiene?
Me resulta extraño que te pidan un sueldo de 40 lucas para comprar dólares, o quizás te equivocaste y le mandaste un 0 de más. Te digo porque he leído de gente que con sueldos menores a 4.000 han podido comprar dólares. No muchos, seguro, pero algunos por lo menos han podido. Siempre que puedan justificar de dónde salió la plata, eso sí. Los evasores no pueden comprar dólares, quizás eso es lo que los enoja. No a vos, no hablo de vos, sino de aquellos que lavan más que sus calzones y depués pretenden que nadie les pregunte nada.
También conozco gente que está embroncada por un tema más superficial que el tuyo: no pueden comprar dólares para hacerse un viaje. Vacaciones no mas. Todo bien, laburaron mucho para ahorrar, y ahora quieren irse afuera unos días y resulta que no pueden comprar.
Estoy de acuerdo en que la medida debería estar mejor regulada. Al fin y al cabo, lo que realmente importa es que que los grandes empresarios HDP no se compren medio BCRA en dolares para fugarlos al exterior, no si una familia quiere comprar unos pocos U$d para irse de vacaciones afuera, o para mandarle a su hijo que está en España, que -dicho sea de paso- ese sí es un país que está mal.
Mirá que loco, hace un tiempo, mi viejo, que es Peronista y K y encima no es ningún boludo, me andaba despotricando contra el tema de los dólares. Resulta que él quería viajar a Brasil y no sé por qué se imaginó que se le iba a complicar el tema de comprar dolares.
Primero que nada, le recordé que Brasil tiene como moneda el Real, y no el dolar, así que le dije que si quería cambiar, mejor lo hiciera de pesos a reales, qué carajo tenían que ver los dolares.
Pero más allá de eso y sin importar el destino, suponete que se haya querido ir a EEUU. Supongamos ese escenario.
Yo lamento muchísimo que mi viejo no pueda comprar dolares, de verdad, es mi viejo, imaginate si no lo voy a lamentar. Pero hay algo más importante que el hecho de que MI VIEJO pueda viajar. Y ese algo es el conjunto de los argentinos. A mi viejo lo jodería no poder comprar dólares, por supuesto. Pero hay un bien mayor que privilegiar, que no es "mi padre". Entonces le dije "mirá viejo, yo prefiero que vos no puedas hacer tu viaje hoy, a que mañana estemos todos jodidos. Bancatela y no viajes si no podés".
Ese ejemplo no lo dije para joderte a vos, ni para decir que vos te tenés que joder. La cosa es... esto no es personal ni es en contra del pueblo. Yo no deseo el mal para nadie, al contrario. Es solo que lamentablemente, a veces hay cosas que en determinado momento, como por ejemplo una crisis internacional de la ostia, no se pueden hacer.
Y lo más importante: no es por capricho. No es que el gobierno no está pensando maneras de joder a los 40 millones de habitantes de Argentina y en eso se le ocurrió poner restricciones al dolar, no es así.  Lo que está intentando el gobierno, equivocado o no (yo creo que no), es evitar un eventual derrumbe colectivo.
Porque si se cae Argentina, nos caemos todos.

Y ahí sí: ni mi viejo se va a poder ir a Brasil, ni vos ni yo vamos a tener laburo, ni el de enfrente le va a poder mandar ni un centavo a nadie, ni NADA.


Así que, amigos y no tan amigos, les dejo un pensamiento para finalizar:

El héroe nunca es individual, siempre es colectivo.

(Alta frase de Oesterheld, si las hay)

viernes, 28 de septiembre de 2012

Yuyeta


Un perro puede significar mucho.
Pero mucho.
A lo mejor vos no sos un amante de los animales, y te chupa un huevo si el Boby está o no está.
Pero a mi sí me importa.

Un perro no es sólo "un perro", dicho así como si uno dijera "un tipo", así como si no importara nada.
Un perro -y más si es nuestro perro- es algo más que simplemente una mascota. Es una parte de nuestra vida, un ser al que amamos con toda nuestra alma, todo el tiempo y para toda la vida.

Yuyu fue una perra.
Pero no fue sólo eso, porque Clau y su familia piensan igual que yo, que los perros no son sólo "perros", así como lo dicen varios.
Ellos saben que un perro es una criatura que llega a nuestras vidas y, sin que nosotros nos lo propongamos, las mejora.
Y la Yuyu no era cualquier perra, ojo. Yuyu era un bomboncito, a la vez que una quilombera.
Lo tenía todo.
Era la compañera de Clau, y también era la que le enquilombaba la casa a Clau.
Pero fundamentalmente, era la que le alegraba los días, la vida, a Clau.



Y yo la quería, por lo que ella era y por lo que significaba para vos, Clau. Tanto "Yuyu" de acá. "Yuyu" de allá, tanta anécdota, tanto lenguetazo dado que te lo aseguro, la quería.

Y ahora me vengo a enterar que Yuyu se nos fue. Hace un par de días.
Y sí, digo "se nos fue" porque siento que se me fue a mí también.
Llámenme maricón, pero cuando me enteré que Yuyeta se había ido, lagrimeé.
No se compara a lo que debiste haber llorado vos, Clau, y a lo que debés seguir llorando.
Y no sabés cuánto te entiendo.



Porque la Yuyeta era LA perra. Era la preciosura que había venido después del dolor de Banya. Había venido a restaurar heridas, a llenar la casa de ruido, a recompensar a tan buena gente como lo sos vos, Claudia.
Y duele tanto, tanto que se haya ido. Duele tanto que ya tengo los ojos húmedos de sólo escribir esto. Porque creeme, a la Yuyeta se la quería. Y mucho.

Sólo me queda decirte una cosa, amiga querida.
Mañana, o pasado, o en una semana, un mes... cuando menos te lo esperes... va a llegar a tu vida otro milagro de cuatro patas. Porque siempre pasa, porque siempre es así.
Y vos y yo y los que vos sabés, todos nos vamos a acordar de la Yuyeta, porque esa quilombera preciosa siempre va a estar.
Pero ese nuevo milagro de cuatro patas te va a recordar....
Una vez más...
Que el amor no se reemplaza
Pero se renueva.

Te quiero mucho, Clau y Yuyu


Fer


jueves, 27 de septiembre de 2012

Kirchnerista y orgulloso

Me llamo Fernando, tengo 23 años, vivo en Buenos Aires, en el sur del conurbano, ese lugar tan peligroso para siquiera visitar, porque te roban, violan y matan; y todo por el mismo precio.
Te puedo decir dos cosas:

Uno
El sur del conurbano no es el infierno que te venden. No. Te lo juro. Podés tomarte el tren Roca, el eléctrico que le dicen, vía Ezeiza o Glew, bajarte en alguna de las estaciones (Avellaneda, Lanús, Escalada, Lomas, Temperley... la que quieras) y te aseguro que no te vas a encontrar con el lejano oeste.
Lo que vas a ver es... cha chaaannn!!!
Un barrio.
Te juro, en cualquier estación que te bajes, vas a ver un barrio.
Y te digo más... dependiendo de en qué estación aterrices, hasta te podés encontrar con una mini ciudad.
Posta.
Negocios aquí y allá, bares, pubs, restaurantes, peatonales para caminar y disfrutar. De todo, para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
Yo vivo en ese conurbano sur, y les juro -LES JURO- que no tengo una pluma en mi frente atada a una vincha (imaginándome el estereotipo que podría pensar el "citadino" promedio).

Dos
Soy Kirchnerista.
Y no sólo no me arrepiento de esa monstruosidad -tal lo piensan los ciudadanos derechos y humanos- sino que estoy orgulloso de serlo.

Cada día reafirmo mi Kirchnerismo.
Y si no es cada día, será día por medio (ponele).

¿Y cómo no hacerlo?
¿Cómo no hacerlo con el discurso que dio Cristina en la ONU hace pocos días? ¿Cómo no hacerlo con la charla que brindó en la Universidad de Georgetown hace nada?
Cómo no hacerlo.
Si antes de que llegara Néstor, Argentina estaba enterrada en el barro.
Si antes que llegara la oleada pinguina, había 25% de desocupados, y más de 50% de pobreza e indigencia, y miles de fábricas y comercios cerrados, y desesperanza, y bronca, y tristeza.

Cómo voy a ser tan mala gente de darle la espalda a esta Presidenta.
A esta Presidenta que nos dio derechos, libertades, dignidad, militancia.
Uno no puede ser tan desagradecido en la vida. O por lo menos, no debería serlo.
¿Pedir más? Por supuesto que se puede. Y se debe.
Pero NUNCA sin recordar lo que se nos dio. Y sin la soberbia de pensar que eso que se logró fue sólo por "la lucha".
Porque luchar se luchó siempre. Pero fue este gobierno el que respondió los reclamos. No todos, seguro. Pero los respondió.
Se luchó -y mucho- durante la época del Turco, pero sin embargo, el susodicho se cagó en todo y en todos, y siguió en la suya. Y nos hundió. Con  lucha de por medio y todo.
Así que creo que hay que reconocer cuando el blanco es blanco, y dejarse de joder cuando hay que dejarse de joder.
Este gobierno calló enormes cantitos de plaza que se venían cantando durante años, y los calló no a fuerza de machete. Los calló porque los solucionó.

Y ahora, que ya levantamos cabeza, que ya estamos mejor...
Puedo ver otras cosas.
Como por ejemplo, el discurso de la Presi en la ONU, el cual representó un gran orgullo para mí como Argentino.
O el cacerolazo que se dio hace poco en la Ciudad de Buenos Aires (que NO es la Provincia), que significó también un orgullo para mí al ver las declaraciones y las pancartas que llevaban.

Y me digo: "bien, loco, vamos bien. Si escucho ese discurso en la ONU, y si esos personajes están tan férreamente en contra, es que vamos bien".

Y me siento cada vez más K, y cada vez más orgulloso de serlo.
Por Cristina.
Y por sus detractores.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Yo soy el 54%, vos no sos el 46%

Cortito y al pie.
Yo soy parte de ese 54%.que votó al FPV en las últimas elecciones de Octubre de 2011. Voté por Cristina por segunda vez. La primera de ella también fue la primera mía, ella fue mi primer voto.
Yo sí soy el auténtico 54%.
Vos -que votaste otra opción- sos parte de otro porcentaje. Que no es el 46%.
Vos sos otra cosa.

Te lo explico:
Si votaste a Binner, sos el 16,81%
Si votaste a Alfonsín, sos el 11,15%
Si votaste a Rodriguez Saa, sos el 7,98%
Si votaste a Duhalde, sos el 5,89%
Si votaste a Altamira, sos el 2,31%
Si votaste a Carrió, no sos nada... jajaja ok, sos el 1,84%

Y si por una de esas cosas, me decís "pero yo no voté a Cristina y ella sacó el 54%, así que yo soy el 46% restante que no la votó", si querés ir por la negativa...
Entonces bueno, te la acepto y te respondo:
Yo no lo voté a Binner.
Entonces -sabelo- soy el 83,19%
No lo voté a Alfonsin. Soy el 88,85%
No lo voté a Rodriguez Saa. Soy el 92,02%
No lo voté a Duhalde. Soy el 94,11%
No lo voté a Altamira. Soy el 97,69%
No la voté a Carrió. Soy el 98,16%

Si de mayorías hablamos...

Digo, repito e insisto.
Yo soy el 54%
Vos podés ser -dependiendo de a quién hayas votado- el 16,81%, el 11,15%, el 7,98%, el 5,89%, el 2,31% o el 1,84%.
Pero no sos el 46%

(Gracias Marcelo que me acercó la idea)

domingo, 16 de septiembre de 2012

La lucha no fue una sola

Estaba pensando en el 2001, en esa "gesta patriótica" que se dio en ese momento.
Y estaba pensando en cuánto de patriótica tuvo esa movida, y cuánto de acomodaticia.

La lucha
Piquete y cacerola, la lucha es una sola!!!
Piquete y cacerola, la lucha es una sola!!!
Piquete y cacerola, la luchAH QUE, NO ERA ASÍ?
¿Ah qué, nunca fue así? ¿Ah qué, salieron por sus ahorros y no por los cartoneros? ¿No salieron por ellos?
¿Ah qué, la unión fue una farsa?

Había cartoneros hacía tiempo. Así como también había gente que perdía sus comercios y sus casas desde mucho antes de que se escuchara en la tele: "piquete y cacerola, la lucha es una sola".
La clase media es increíblemente flexible. Puede soportar con moderada indignación los peores males del otro. Se indigna, sí, pero desde el noticiero de las 8. A las 9, ya se le pasó todo.

La lucha no fue una sola.
Los caceroleros de 2001 protestaban por sus ahorros robados. Nada más.
Los piqueteros, lo hacían por justicia social, porque la flexibilización laboral les había arruinado la vida, porque las AFJP eran el sello de la muerte, porque lo poco que seguían entregando (porque ya no había nada) era lo nuestro, porque los compañeros se morían.

El cacerolazo de la clase media del 2001, a mi, de da vergüenza en cierto punto.
Vergüenza porque saltaron sólo cuando los jodieron a ellos.
Vergüenza porque nadie sintió "cacerolear" cuando sus compatriotas estaban siendo expulsados del mundo, y se les cerraban las fábricas, los comercios, las casas, los empleos.
Vergüenza porque hasta que no les tocaron el bolsillo, nadie dijo nada. 
Nadie dijo nada por el compatriota al que le cerraban la fábrica, por el compatriota que perdía su empleo, por el compatriota que perdía su casa.
Nadie dijo nada por el país que nos hundían. Y nadie salió.

Y no te lo digo a vos, que saliste a manifestarte en contra del hijo de puta de Menem o De la Rua.
A vos -si es que lo hiciste- te lo agradezco.

Le digo al resto, a los que se cagaron en todo y todos, a los que se fueron a Miami y les chupó tres huevos su hermano, a los que hoy salen a cacerolear y dicen que esto es una dictadura.

La lucha no es una sola.
La lucha nunca fue una sola.

Los cartoneros no fueron amigos. Sólo fueron los acompañantes circunstanciales que encontraron en su camino de reclamo. La bandera que pudieron blandir para no sentirse tan miserables, tan "yo reclamo por lo mío". El agente solidario de su ira.

Pero la lucha no fue una sola.
No lo fue y no lo es.

La lucha hoy es entre los que quieren un país para pocos y los que quieren un país para todos.
Lejos de los "quiero lo mío" del 2001 y cerca del "quiero todo para todos" del 2012.
Con inclusión, trabajo, derechos para todos.
Y luchando por eso.
No por si "a mi" me joden.
Sino por si "a todos" nos sirve.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cacerolazo. con "C" de "calma"

Cuando empezó esta marcha del "cacerolazo 13-S", ya que no iba a ir a Plaza de Mayo ni estaba por la zona (soy un negro del conurba, visteS), entré enseguida a Twitter, red social donde se dicen las cosas a medida que pasan (?). Me empecé a reír un poco con los tuits que iban escribiendo mis seguidos, la verdad que algunos tuiteros son muy ocurrentes y graciosos. Otros, la verdad, estaban que volaban.
En Face, la cosa era un poco distinta, bastante más "seria" si se quiere llamar así. Enseguida pensé "che, no será mucho esto... es una marcha no más, nada para ponerse tan nervioso".
Y en medio de ese pensamiento, lo leo a un amigo diciendo esto:

"Realmente, la histeria k, es lo más generoso de la noche.
Por dio, que manera de cagarse al pedo... parece que no hubiera pasado Blumberg llenándole la plaza a Néstor, ni la 125, de estas... todos los días... ni Moyanito con los camiones en YPF.
Vaaaamoosss, que esto es precalentamiento".

Es como si me hubiera adivinado el pensamiento, este buen amigo.
Digo, más allá de la marcha-cacerolazo en sí... a todo esto, estoy haciendo un esfuerzo enorme para no burlarme de la concurrencia. Me repito a mí mismo que cada persona o grupo de personas está en todo su derecho de protestar por lo que quiera, y está bien que lo pueda hacer. Está bien.
Sólo que bueno, leyendo algunas de las consignas y los adherentes, como Chechu Pando, la Bullrich, Amadeo, TN... viendo esas cosas, se me hace un poco complicado todo ese tema del respeto.
Pero no importa quien sea o lo horrible que me parezca a mí o al sentido común, aún esa gente y esas consignas tienen derecho a salir a la calle y expresar su descontento. Por lo que sea.
Pero volviendo al tema -y en realidad para terminar- me parece que algunos compañeros se pusieron excesivamente con la guardia alta.
No hay que manijearse, muchachada. Para eso ya vamos a tener a TN y cía durante días taladrando con esto, llevando invitados que uno pensaría que ya estaban muertos (políticamente hablando), opinólogos que dirán que "el kirchnerismo ha muerto"... otra vez. Porque parece que el kirchnerismo muere muchas veces, y cada vez que lo matan, resulta que te clava un 54%. Un muerto interesante, el Kirchnerismo, sin dudas.
No hay que manijearse de más.

¿Acaso es que le pedimos a los anti K que se acuerden del 2001 y nosotros no somos capaces de acordarnos del 2008? 
Amigos, hubo 200.000 personas en la marcha a favor del "campo", ¿se acuerdan?
La gente en la calle los quería matar a los K, según decía una olvidable política, ¿se acuerdan?
Teníamos el Congreso en contra. Se dieron el lujo de no aprobar el presupuesto 2010 y pusieron cuanto palo en la rueda pudieron, ¿se acuerdan?

Vamos, che. No mariconeemos ahora, tan luego ahora.
No pasa nada. Es una marcha.
Ahora que se fue el último cacerolero de la Plaza, fijate que Cristina sigue siendo la jefa.
Y mañana, todos van a estar hablando de cómo terminó Graduados, o de la fecha 7 del Torneo Inicial, o del último quilombo del programa de Tinelli.
Y la cosa sigue para adelante.
Para placer de muchos y disgusto de algunos.

Saludos

viernes, 7 de septiembre de 2012

La era de la boludez

Contrario a lo que creería el 99% de los argentinos, los cacerolazos no empezaron en nuestro país.
No, mi buen. No son un "invento argentino".
Los cacerolazos, como evento masivo, nacieron en la hermana república del Uruguay allá por los años 80. Para ser más precisos, en el año 1982, durante la dictadura de Gregorio Álvarez. Según me contaron*, el pueblo uruguayo -en plena dictadura- encontró una buena manera de protestar contra el gobierno de facto sin el riesgo de asomar la cabeza para que se la corten.
En sus casas, a la noche, apagaban la luz, cazaban una cacerola y un cucharón (ponele) y le daban duro y parejo a los utensilios culinarios.
Era su forma de decirle NO a la dictadura.

En el 2001 este fenómeno volvió a aparecer masivamente en Argentina. Quizás (seguramente) sin saber la historia de los hermanos Uruguayos, la clase media de este hermoso y tortuoso país volvió a agarrar las cacerolas y salió a la calle. Salió un poco tarde, a mi parecer, pero salió. Fue el corolario de 25 años de políticas económicas neoliberales, entreguistas, antipatria, anti pueblo, llamalo como quieras. Fueron políticas que habían empezado con el golpe cívico-militar de 1976, alcanzado su punto álgido en la década infame de los 90 y continuado con el impresentable De la Rua a fines del siglo XX y principios del XXI.
Para fines del año 2001 teníamos 25% de desocupación, más del 55% de pobreza e indigencia, miles y miles de fábricas y comercios destruidos, empresas estatales vitales privatizadas, un 1 a 1 falso, derechos laborales cercenados, jubilados hambreados, futuros jubilados con la suerte echada gracias a las AFJP, viviendas rematadas, educación y salud con uno de los más bajos presupuestos de la historia y, por si esto fuera poco, una deuda externa de padre y señor mío que crecía día a día y se aumentaba por constantes pedidos de más crédito a organismos internacionales.
Y como a esto le faltaba un broche de oro, un empujoncito para precipitar la hecatombe, el buen Cavallo (que ya nos había jodido bien jodidos en los 90), creó el famoso corralito.
Cartón lleno.
Una cosa es que se joda a los pobres (o a los nuevos pobres). La clase media que todavía tiene casa y trabajo siempre puede tolerar con moderada indignación la mala fortuna de los otros. Pero que se le tocaran los ahorros a esos mismos que se enternecían y hasta lloraban por el cartonero que veían en la tele... eso era demasiado.
Cartoneros sí, mi sueldo no.
Como sea, y más allá de esta pequeña rabieta contra la clase media tipo, no fue de extrañar entonces que un número importante de personas saliera a las calles blandiendo su cacerola.

No fue de extrañar para nada. Esas cosas no extrañan.
Ni las cacerolas de 1982 en Uruguay, ni las cacerolas de 2001 en Argentina.
No extraña que se bata la cacerola por un golpe de estado.
Tampoco extraña que se bata por hambre, injusticia social, pobreza..

Lo que sí extraña es que una cacerola suene por una cadena nacional.
O porque no te dejan comprar dólares.
O porque revalúan tu campo, ese que hoy -y no ayer- tiene una ganancia de puta madre y que no te revalúan desde hace 15 años.
Extraña. Y mucho.
Extraña, o por lo menos a mí me extraña, que batas la cacerola "porque no te gusta la Presidenta"

Porque "la Presidenta" -sabelo- es la que creó más de 5.000.000 (sí, cinco millones) de puestos de trabajo, la que hizo que haya más de 2.000.000 de nuevos jubilados, que pasó de un 1,5% a casi 7% de partidas a educación y salud, que construyó más de 1000 escuelas, que posibilitó la Ley de Medios, la ley del peón rural, la ley de tierras, la ley de matrimonio igualitario, las paritarias, la AUH, las netbooks, que recuperó YPF en lo práctico (las decisiones), que a vos periodista te sacó del medio las calumnias e injurias por las que te habrás comido tantos juicios, que a los jubilados les da dos aumentos anuales por ley, que creó el Polo Audiovisual, que recuperó las AFJP (curro gigantesco) y AYSA (el control del agua, tan luego), que reactivó la industria como nunca nadie lo había hecho desde Perón...

Y podría seguir con tantas cosas, pero tantas. Me queda afuera el hecho de habernos sacado de encima al FMI, que no sé si lo sabías pero solía tener una oficina al lado del Ministerio de Economía. Ahora ya no está más. Néstor hizo que se fueran a la rep... a la república de EEUU, que es donde tanto les gusta residir. Pero eso lo dejo afuera porque no fue Cristina, "la Presidenta" que no te gusta hoy y por la cual agitás esa cacerola, y te indignás, y gritás "andate a Venezuela!!!" (la nueva Cuba), y hasta a veces pedís que vuelvan los militares.

Diferencias.
Un evento igual no es lo mismo ni significa lo mismo si se hace por diferentes razones.
Cacerolas eran las de ayer.
Las de hoy son sólo un reflejo de la era de la boludez.

*Realmente no busqué info escrita para corroborar que esto fuera así. Es el famoso "boca a boca" o "sabiduría popular", eso que te cuenta uno, te lo confirma otro y te lo reafirma un tercero, pero que no suele aparecer en los libros


Añadido necesario (creo yo)
Una gran persona, un amigo uruguayo, al haberle preguntado por los cacerolazos de ese país, me confirmó lo dicho.
El amigo me dijo lo siguiente:

Tal cual, Fer. En los años 80 hicimos bolsa varias cacerolas y espumaderas viejas haciéndonos sentir en la dictadura. Las "caceroleadas" iban acompañadas de apagones, o sea, tenías que apagar todas las luces de tu casa, agarrar una cacerola, sartén,o lo que fuera que hiciera ruido. Y ahí empezábamos a darle, por lo general subíamos a las azoteas para no exponernos en la calle. Muchos de los que hoy se llenan la boca con la democracia jamás cacerolearon. 

Yo tendría unos 10,12, o 13 años en los primeros caceroleos, no te puedo trasmitir lo que se sentía al escuchar un coro de cacerolas que resonaba enteramente en la ciudad, que se ponía de acuerdo a una hora para decir ¡NO! no a la dictadura. 

Aún no se me borra la cara emocionada, mezcla de rabia y emoción de mis viejos, pegándole a las ollas. 

Por eso en su momento ver a esos cajetillas valiéndose del mismo recurso para protestar por sus dólares me dió un asco y una bronca inconmensurable. 

Es cierto, la historia de los caceroleos, al menos en Uruguay, datan de aquella época. Caceroleo y apagón gral.

(Gracias Mateteag )