jueves, 28 de junio de 2012

La parábola del anti azul

Hay gente que es, bueno, así como muy férrea en sus cuestiones. No se necesita siquiera que tal cuestión sea de gran importancia, sólo se necesita que esa persona considere que así lo sea
Yo tenía un amigo así, Roberto, muy férreo en contra de algo, pero de algo muy trivial:
El color azul.
Vaya uno a saber por qué, pero odiaba ese color y a todo el que lo usara.
Como se imaginarán, odiaba aproximadamente al 99% de la población. Qué se yo, tenía ese pire el tipo. La cosa es que cada vez que alguien aparecía vistiendo algo de ese color, el flaco se sacaba.
“Vos sos un hijo de puta!!! Estás usando azul, sos un hijo de puta!!!”
Poco importaba que uno le dijera que trabajaba de colectivero y que el uniforme consistía en una camisa ni siquiera azul, sino celeste. No había caso. Para él, era un “azul lavado”, pero seguía siendo azul. Y uno seguía siendo un hijo de puta.
A mí casualmente me gusta mucho ese color, así que siempre era blanco (o azul... cuak) de sus bardeos y chicanas antiazules. “Claro, si a vos el azul te encanta, qué esperás”, me decía cada vez que le decía algo con lo que él no acordaba. “Ah, pero a vos te gusta el azul, después no te quejes”, me advertía. Y por supuesto, no faltaba el clásico “sos un defensor del azul, cómo no te da vergüenza, yo jamás usaría ese color horrible”.

Imaginarán mi sorpresa, entonces, el día que lo ví usando algo de color... azul.
Tantos años de cruzada roja, verde, amarilla, todo contra el azul, y resulta que ahora ese hijo de una gran lo estaba usando.
Por eso, el día que lo ví así, lo recontra cagué a puteadas.
Pero ni siquiera fue porque estuviera usando ese color, eh. Nono, no se confundan. Si hubiese sido otra persona, una que hubiera tenido el mismo raye ponele, que por algún extraño motivo no le gustaba el azul y, por ende, no lo usaba, pues allá él. Pero mi amigo no sólo no lo soportaba en él, sino que tampoco lo admitía en otros. Y juraba que él nunca lo usaría. Y bastardeaba a todo aquel que lo usara. Casi te hacía creer que el tipo era un altruista, y en algún punto te hacía sentir un toque de respeto, porque hasta parecía admirable su coherencia antiazulística. “Nunca un puto azul”, decía. Claro que pensabas ese tipo de cosas por escasos segundos, hasta que te dabas cuenta de la ridiculez de su postura. Pero unos segundos te hacía entrar.
Fue por eso que lo mandé al carajo. Después de tanto tiempo jodiendo con lo mismo, de correrme con ese bendito color, de decirme hijo de puta, él había entrado por la variante y se había puesto esa remera azul.

-No es por el color que me compré esta remera, es por el estampado, no la tenían en otro color, era la última que quedaba.
-¿Vos me estás jodiendo?
- En este caso el color es secundario, lo que importa es la inscripción, loco.
-¿Cómo que el color es secundario? ¿Me rompiste las pelotas con “el color” durante años y de repente ahora “es secundario”?
-Estás perdiendo de vista lo fundamental, que es el estampado, boludo. Yo no tengo la culpa de que no hubiese otro color, con el estampado estoy de acuerdo.
-ES UNA REMERA AZUL!!!
-Ese no es el punto, ¿no entendés que lo que importa es lo que dice en la remera? Qué interesa si es azul, verde, roja... lo fundamental es la inscripción.
-Pero por qué no te vas a la puta que te parió, Roberto!!!




Dedicado con todo amor a los simpáticos militantes del PO, que marcharon zurdamente hacia el acto de Moyano

sábado, 23 de junio de 2012

Paradojas


Todo comenzó por un changuito que me dejó en algún lado un comentario golpista. Comentario que procedí a borrar, por su contenido reaccionario, irrespetuoso de las instituciones y -valga la redundancia- golpista. Por no mencionar tonto, desubicado y sorete, todo junto y al mismo tiempo.


Y bueno, esto generó una serie de paradojas.
O una especie de "tachame la doble", un "el colmo de los colmos".

El colmo de los colmos es...



Que Barreda me diga maltratador de mujeres.
Que Rial me diga chusma.
Que Bullrich me diga borracho.
Que Magnetto me diga hijo de puta.
Que Majul me diga hombre rata
Que Susana Giménez me diga ignorante
Que Moyano me diga golpista.
Que Macri me diga inepto incompetente inútil.
Que Barrionuevo me diga barrabrava de Chaca.
Que videla me diga asesino.
Que Binner me diga chupaculos de Monsanto.
Que Cecilia Pando me diga facista.
Que Roca me llame Genocida.
Que Lanata me diga que vendo mi dignidad profesional.
Que Morales Solá me diga encubridor de la dictadura.
Que Fantino me diga gatero.
Que Alberto Fernandez me diga vendido de mierda.
Que Majul me diga pelotudo (Majul x2).
Que Julio Argentino Roca me diga okupa.
Que De Narvaez me diga que yo no tengo un Plan.
Que M3nem me diga corrupto.
Que M3nem me diga entregador del Estado.
Que De la Rúa me diga aburrido.
Que Tom me diga gato.
Que Grassi me diga pedófilo.
Que Bush u Obama me digan genocida.
Que Hitler me diga antisemita, o genocida.
Que Netanyahu me diga antisemita, o genocida .
Que Cameron me diga pirata.
Que Lanata me diga vendido.
Que Silvia Suller me diga conventillero.
Que Lanata me diga conventillero.
Que Obama me diga desteñido.
Que Altamira me diga que tengo botox en la jeta.
Que Camaño me diga violento.
Que Mauricio Macri me diga imbécil.
Que Piumato me diga panqueque.
Que la derecha me diga privatista y/o entreguista.
Que la gran parte de la izquierda me diga cómplice.
Que Charles Manson me diga asesino serial.
Que el tigre de Kellogs me diga asesino cereal (ja ja ja... broma boluda).
Que EEUU me diga imperialista.
Que Sheldon Cooper me diga nerd.
Que Charlie Harper me diga putañero.
Que Oliver Twist me diga huérfano.
Que Fernando Iglesias me diga perdedor.
Que Lilita Carrió me diga loco.
Que Cobos me diga traidor.


Hay muchos  colmos más, muchas paradojas más. Pero esas son las que se me ocurrieron.
Pero ojo!!! Que no se me ocurrieron a mí solo, eh.
Tuve la ayuda invalorable de estos compañeros:
Emmanuel
Pablo
Ceci (Diosaaaaaa!!!)

Que aportaron varias de las frases que aparecen acá (no les digo cuáles, ñañañaña).
Gracias, cumpas de fierro... este artículo también (y fundamentalmente) lo hicieron ustedes! Crédito para vosotros, mis queridas palometitas ;)


miércoles, 20 de junio de 2012

Intolerancia

Algo que siempre me hizo sentir bastante orgulloso de mí es el hecho de aceptar, con cierta calma y parsimonia, las opiniones disidentes.
Me considero un tipo que no te va a rajar una puteada a la primera cosa adversa a mi pensamiento que me largues. Ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta.
No me considero una persona poco abierta a las opiniones contrarias. Nunca lo fui (o por lo menos, no recuerdo haberlo sido), y creo que dar un espacio para que otros u otras opinen diferente es algo no sólo democrático, sino enriquecedor. Para mí y para quien quiera lea lo que escribo -y a la vez leo- en cualquier lado.
Es por eso que siempre en mis espacios, y por más pequeños que fueran, permití que todos los que quieran brinden su punto de vista al respecto de lo que sea estuviese discutiendo. Aún si ese punto de vista apareciera expresado de manera agresiva, hasta insultante, para mi visión de las cosas. Lo permitía porque creía que todos y todas tenían derecho a expresarse como más les plazca.

Qué lindo, ¿no?
Qué democrático, ¿no?
Todos libres de decir lo que querramos, todos libres de plasmar nuestras ideas en palabras, todos libres de disentir, o acordar, o decir lo que queremos.
Hermoso, sisi.

¿Pero qué pasa?

Algo muy simple.
Pasa que, a veces, lo que uno recibe no es precisamente lo mejor del frasco de caramelos. Y cuando uno lo recibe una vez, está bien. Cuando lo recibe dos veces, está bien también. Cuando lo recibe tres veces, ya empieza a pensar. Y cuando lo recibe por vez número 219834, ya está más o menos con cara de "me estás jodiendo...?", porque no puede creer que todos los imbéciles le toquen a uno, todos pero todos. Más allá de los amigos y de los no amigos que aportan algo que vale la pena, sea a favor o en contra.
Y pasa el tiempo, y uno, en el nombre de la libre expresión, sigue permitiendo que cualquier idiota atrevido diga cualquier cosa, que para el caso sería lo mismo que decir "dadadadagagagagugugagaguga", porque su comentario es tan imbécil que sería lo mismo si no lo escribiera; de hecho, sería mejor si no lo escribiera.
Y uno se va cansando, y los "dagagagagaga" se van acrecentando, o por lo menos uno los ve así, como que son más, y más, y cada vez más, y la paciencia disminuye, y dadagugagaga por todos lados, y uno los lee y dadagugagaguga y la puta que los parió, y dadagugagaga otra vez y...!!!


Y ahí, en el comentario casi idéntico dadaguguense número un millón que uno escucha o lee, se hace el crack.



Tanta forrada pasada permitida es la que hace que uno se convierta en un pseudo intolerante en el presente.
Hace que uno ya no permita más determinados comentarios, que uno no acepte determinadas "ideas".
Porque
Primero: ya me cansé de bancar y bancar, y bancar otra vez las forradas ajenas.
Segundo: decidí no darle más lugar a la apología del delito, la cual se encierra en aquellos comentarios que vivan a Videla y cía.
Tercero: no tengo ganas de aguantarme que, tan luego un gil a cuerda, se crea con la altura suficiente como para decirme lo inteligente o poco inteligente que soy.
Cuarto: los comentarios dadagagagua hicieron que sea más selectivo en lo que permito (o no).
Quinto: la intolerancia y la censura son una cosa. Elegir que no me puteen, bardeen, insulten u ofendan es otra, y muy distinta.

A partir de ahora, voy a moderar todo comentario que me llegue en cualquier lado.
¿Censura?
No.
Más bien, rompedero importantísimo de bolas... el que me hicieron muchos para que llegue a esto.
No es sano para nadie permitir que diez pelotudos comenten dadadadgugugugga en cualquier lado, y que se los tome como normales.
Y si no les gusta, pues tengo una solución ideal para ustedes:

TÓMENSELAS


domingo, 17 de junio de 2012

Enojado con la naturaleza

A veces me pasa esto que me pasa ahora: que me enojo con Dios, o con la naturaleza.
Dado que ya no creo en Dios como solía hacerlo, acudamos a algo más palpable y más culpable. Acudamos a la pacha mama, a la naturaleza.
Estoy encabronado con la puta naturaleza puta.
Carajo y la reputa madre que la parió.

Una amiga perdió un bebé.
Un bebé querido, amado, esperado. Uno de esos bebés que uno dice: "cuando nazca, hacemos un asado". De esos.
Y cuando uno se entera, no sabe qué decir. Porque está todo mal, porque no se supone que debía ser así, porque la onda era hacer un asado y festejar y cagarse de risa y hacer un saludo con los dos dedos en V. O no. Pero la  onda era festejar el nacimiento.
Y de pronto, eso no se da.
Así porque sí. Por capricho de la Madre naturaleza.

Y así como quien no quiere la cosa, me pongo a pensar en un par de cuestiones.
Como por ejemplo, que si hablamos de justicia, no es justo que mi amiga no tenga a su bebé es sus brazos. No es justo, no lo es.
Y poniéndome en mal tipo, y sopesador de la justicia, me atrevo a decir un par de cosas más.

Me atrevo a decir que si Dios fuera un tipo copado... o si la naturaleza fuera justa... personajes como Cecilia Pando no tendrían que haber nacido. Y si Dios/la naturaleza, en su infinita sabiduría, le hubiera dado vida a ese engendro apellidado Pando... por lo menos la debería haber hecho estéril. Así no habría podido esparcer su cría.
Sí, dije "cría". Ustedes perdonen, pero no encuentro otra definición para la descendencia de este monstruo que es la Pando. Humanos no pueden ser... o no deberían ser... o capaz que no son... o...
La verdad es que hasta los descendientes de la Pando son "hijos", ya  que, a pesar de todo son seres humanos, pobrecitos. Ellos no tienen la culpa de haber salido de la c... de la que salieron. Aunque algo me dice que el día de mañana estaremos refiriéndonos a ellos como algo no tan amable como "bebés".
Pero bueno, tiempo al tiempo.

Pero volviendo a la justicia... ¿qué justicia es esta? La que hace que una basura como la Pando, o Mariano Grondona estén vivos, pero hace que el hijo de mi amiga no lo logre.

La naturaleza a veces no es justa. La naturaleza a veces no es Peronista.
Me cago en la naturaleza, y en la ley de la vida, y en el karma.
Hay cosas que no deberían pasar.
Hay dolores que se deberían evitar.
Hay personitas que deberían nacer.

A diferencia de otros, que no deberían en la puta vida haber nacido.

Pero en el camino, y siempre preguntándonos por qué, y con ese nudo en la garganta, hay que encontrar respuestas para seguir avanzando. Agarrarnos de todo y de todos, de todo lo que nos sirve, de todos los que nos quieren. Hay muchas cosas que sirven, y mucha gente que nos quiere. Mucha.
Y hacer un nudo, o  una fuerza, o un motivo, o un lo que sea, pero hacer de eso algo, y seguir para adelante. Porque adelante es adonde vamos, y donde nos esperamos y nos encontramos, y nos abrazamos, y nos reconocemos, y nos queremos.


Dedicado a María Duarte.

Abrazo entrañable

viernes, 15 de junio de 2012

Bromas, bromistas, insultos e insultantes

Hay gente muy prolija, muuuy pero muy prolija. De esos que no se desacomodan la corbata pero ni por casualidad. Y uno los ve así, pulcros e impolutos cada vez que se los cruza.
Algo así me pasa a mí con los "pulcros de la joda", como yo los llamo.
Los pulcros de la joda son aquellos que, ante cualquier joda, ante cualquier chiste, encuentran un oscuro significado oculto que invariablemente deriva en... cha-chan cha-chaaaannn!!!
La discriminación.

Curiosos personajes son los anteriormente nombrados. Suelen -políticamente- autodenominarse "zurdos", aunque no es condición indispensable, pueden estar orientados hacia la izquierda, hacia la derecha, o pueden ser ambidiestros, para el caso (?).
El tema es que estos personajes tienen una idea aséptica de muchas cosas, casi diría -y lo aseguraría- de la vida. Pero bueno, el aspecto que me interesa en este artículo es el de: el humor.

Nadie sabe bien por qué, pero resulta que, para ellos, nada es susceptible a la joda.
NADA.
Todo es pasible de interpretación (subjetiva, obviamente) ideológica. Todo puede retorcerse hasta hacerte quedar a vos como un sorete. Todo puede ser usado en tu contra, básicamente.
Por lo cual, cuando vos hacés un chiste sobre algún tema, ellos enseguida aparecen para gritarte: "discriminación!!!". Y vos no entendés de qué te están hablando, no entendés qué carajos dijiste mal ni a quién discriminaste o a quién ofendiste.
Pero es que así son ellos, ese es su modus operandi. Aparecerse en el medio de tu joda para gritarte que, en realidad, vos sos un discriminador de mierda, y lo que es peor... que lo sabés y lo hacés a propósito, porque sos un facho que odia a Marx, a Lenin, a Mafalda y por ende, al mundo todo.

Entonces, para ellos, si le decís "andá, puto" a alguien... sos homofóbico.
Si decís "a esa no me la como ni mamado porque me parece más fea que la que la parió"... sos un misógino.

Y así sucesivamente.

Pero ojo!!! Porque a veces, ciertas jodas  son discriminatorias.
Quizás sea por eso que ante ciertas cosas es tan fácil caer en el error -o el artero propósito malintencionado- de señalar con el dedo prístino de la pulcritud.

Pero en realidad, la cosa radica en algo muy pero muy simple.
Todo este tema yace en la intención de la broma.
Porque cuando una joda -cualquiera sea- es hecha con el mero propósito de denigrar, deslegitimar, basurear, ningunear o insultar a una porción en particular de gente, sea cual fuera... eso sí que es repudiable.
Pero me pregunto, así como al pasar:
¿Qué dirían los pulcros de la joda si yo hiciera la siguiente broma?:
"¿Que me vaya a la concha de mi madre? Bueno, ya mismo me pongo a buscar en qué tumba está porque no me acuerdo".
¿Qué me diría un pulcro de la joda, eh?
Que soy una basura que se atreve a joder con la muerte de una madre, seguro.
Pero ¿qué pasaría si ese pulcro supiera que mi vieja está muerta en serio? ¿Me diría lo mismo?
No lo creo. Y no me lo diría porque sabría el contexto. Y por ende, sabría la historia, y entonces sabría que mi intención no es la de cagarme en ninguna madre. Entendería (espero) que lo mío es simple humor, humor negro si es que se quiere, pero humor que no tiene como intencionalidad joder a nadie, por lo tanto no tiene intención de ser "discriminatorio", y por tanto, no lo es.

Repito: lo que importa no es tanto lo dicho en sí, sino la intención de lo dicho, por qué se lo dice, desde qué lugar se lo dice y -sobre todo- con qué intención se lo dice.

O sea, a ver si nos entendemos:
Hacer un chiste sobre madres muertas no me convierte en un hijo que se caga en su madre.
Hacer un chiste de gallegos no me convierte en un odiador de españoles.
Hacer un chiste de Jaimito no me convierte en un odiador de niños.
Hacer un chiste de mujeres no me convierte en un misógino.
Hacer un chiste de gays no me convierte en un homofóbico.

Las cosas son -por suerte- más complejas y más profundas que esa idiotez cuadrada. La homofobia, la misoginia, todo eso pasa por otro lado, que no necesariamente tiene que ver con "una joda".
No sean tan básicos, señores pulcros de la joda. Que la vida no es tan encasillante como ustedes creen que es.



APÉNDICE
Nota aparte pero necesaria:
Algo similar pasa con los pulcros de los insultos, que son aquellos que en todo insulto encuentran algo para decir que vos, pebete, discriminás.
Un insulto es insultante, valga la redundancia, está diseñado para eso, a ver si nos enteramos.
Decirle "mogólico" a alguien no es más insultante que decirle "pelotudo", "cretino", "idiota" o "hijo de puta". La intención es la misma en todos los casos: INSULTAR.
¿Te parece discriminador que alguien diga "mogólico" porque se discrimina con una enfermedad? A mí también me parece eso en un principio, pero ¿sabés qué? Decir "cretino" es también discriminar a los que padecen de cretinismo, una enfermedad por demás fea. O decir "idiota", burlándose de otra enfermedad por demás triste. Y qué decir de los que dicen "hijo de puta", cuando vaya a saber uno si la madre del insultado es, en efecto, una señora con esas características.
La realidad es que cuando uno insulta, le dice algo feo al otro, y no prensa en la connotación sociológica de la palabra que usa como insulto, ni es su intención herir a ninguna discapacidad ni nada, sino simplemente putear al que tiene enfrente, simple y claro.
A ver si nos dejamos de joder un poco con las suceptibilidades y con esa costumbre de hacernos paladines de todas las causas que nos parecen "nobles". No todo insulto merece una denuncia ante el INADI. No jodamos.
Cuando uno insulta, no está pensando en la ideología ni en la etimología en sí de la palabra que emite. Caramba, que uno está insultando, tan luego. ¿Desde cuándo tanta corrección ante algo que no tiene nada de correcto? ¿Desde cuándo tanta moral en una puteada?

domingo, 10 de junio de 2012

Qué bueno tener compañeros así

Diego Poiodiablo Montoto es claramente un compa. Un compa que en el último cacerolazo infame del 7 de Junio, hizo algo que no muchos de nosotros haríamos. El loco se fue hasta allá con un cartel reivindicante, y con una consigna entrañable.

A continuación, les dejo la foto y un texto. Texto que me  arrugó el alma.




Llegué tipo 9 PM. Había bastante gente, pero de un solo lado del Obelisco. Así que me quedé del lado del que yo venía. Ahí casi no había gente. Salvo los que, hijos de puta, daban la vuelta a la Plaza con sus cacerolitas. Se me acercaron varios caceroludos, algunos puteando directamente (forro, corrupto, pelotudo, etc…). Otros se me acercaban haciéndose los giles y me venían a discutir. Otros tantos me pasaban bien por al lado y me caceroleaban el oído, los muy pajertos. En fin… Yo simplemente miraba para abajo y me movía los 5 o 10 o 15 metros que me fueran necesarios para no oírlos. Iba de pañuelo en pañuelo, bha. Sabía que me buscaban la mirada, me querían guapear, claro, todo bien. El tema era no dejarlos que me hablen, no discutirles, nada. Ellos no existían para mí.

También se me acercaron otro tipo de personas… Yo, reitero, a cada uno que me decía algo, me daba media vuelta, vista pa abajo, y al carajo. Pero estos otros… estos otros me decían “Eh, no no... pará… estoy con vos loco… soy de los buenos…” y cosas por el estilo. No podía creerlo! No estaba solo! Había muchos por ahí dando vueltas, de los nuestros, que fueron a ver qué onda. Imagino que por si se pudría, qué se yo…

En una, se me acerca un cincuentón largo. Barbudo. Ya lo había visto un par de veces dando vueltas, lo fiché. Ojo con éste, Montoto, andá a saber… O era compañero… o era algo raro… en fin… El tipo entonces se me acerca, y yo de nuevo agarro y encaro para otro lado… y me dice: “No, pibe, pará.. quedate... todo bien compañero... soy de MILES… conocés? Quedate tranquilo pibe, si te tocan, los compañeros estamos por acá”. Me hizo un gesto así con la cabeza, como diciendo “fumá”.

También se me acercaron algunos otros, como decía, que me tiraban un “aguante compañero”. Otros se me quedaban un rato a charlar, me tiraban un “bancá que doy la vuelta a ver qué onda allá”. O un “recién vi a un hijo de puta con un cartel que decía Justicia para Candela… estos están relocos…”. En fin. Que me hicieron compañía un rato.

Algunos locos varios me sacaron fotos con el celular y eso. Otro que pintaba profesional, me tuvo como cinco minutitos con las fotos. “Te podrías poner mirando para acá? Ahora para allá? Un poco más a la izquierda te jode?” Hasta que le dije “sí, todo muy lindo loco, te banco, es tu laburo y eso, pero ya está, no vine por la foto”. Y me tira un “ja, todo bien cumpa, soy de Telam. Te banco, loco”.

En fin, que se empezaba a hacer tarde, y en serio el frío venía bien jodido. Eran las 22.45 masomenos. Y todavía quedaban algunos hijos de puta por ahí en la plaza, con sus cacerolas de mierda y sus cantos patéticos como los del fulbo gallego, digamos. Pero me dije, ya llegaste hasta acá, salamín… de la Plaza no te vas hasta que no quede nadie! Que el último que se vaya, sea alguien que banque a las Madres. Y me quedé hasta las 23.15. En punto. A esa hora, se fue el último hijo de una gran puta.

Solo quedaba yo, temblando de felicidad como un pelotudo que soy. Y me dí la vuelta a la Plaza, la Plaza de las Madres, con mi cartelito pedorro. Sé que lo que hice no estuvo muy bien, pudo haber pasado cualquier locura. Y el muerto, como leí por todos lados, nos lo tiraban a nosotros, y eso. Y es verdad, fui un irresponsable, un siome. Pero me salió de adentro, viejo.
Perdón, pero lo hacía o me moría por adentro.

jueves, 7 de junio de 2012

Cacerolazo, móvil en vivo!!! (Mentira)



Lo de móvil en vivo no es cierto, desde ya se los digo. Pero lo que sí es cierto es lo que les relato a continuación.

Jueves 07 de Junio, aproximadamente 20:15 de la noche. Raro que yo esté en mi casa a esa hora, pero hoy laburé de día, por lo cual para las 8 PM estoy de sobra adentro.
Estoy sentado delante de mi PC (wannabe nerd, ni para eso me da el piné) cuando de pronto escucho ruidos en la calle. Afinando el oído, distingo que son cacerolas.
Claro!!! El cacerolazo de hoy, cómo me pude olvidar!!!
Salgo a la puerta y veo pasar (se los juro) diez personas, once, veinte como mucho, caminando por la calle que corta mi cuadra.
Decime K que no te vas a equivocar, pero la secuencia -aunque no lo ameritaba- me subió la sangre a la cabeza. Me puse rojo, ese mismo rojo que dicen muchos caceroleros que tienen. Sí, ese: el de la indignación.
"Papá, salgo, ya vengo"
(Así es, 23 años y todavía vivo con mi viejo... ¿problem?)
Sin siquiera cambiarme (ya estaba con el buzo rotoso que me pongo cuando se vienen los fríos), me pongo las zapatillas,  me chanto una campera y salgo eyectado hacia la calle, a perseguir a esos diez caceroludos lomenses ofuscados.
Los alcanzo (estaban maomeno' a una cuadra para cuando salí de casa).
¿Cuál era mi intención?
Preguntar.
Igual que Lanata.
Les quería preguntar un par de cosas. Sin agravios, sin violencia, sin patoteadas.
Ir, ver y preguntar, a ver qué pensaban.
Así que eso hice.

Como dije antes, llego al lugar del hecho y me acerco a una señora.
Le pregunto: "¿Por qué está protestando?" medio a los gritos porque si no, no se escuchaba nada (mucho ruido metálico).
Yo no sé si me vieron cara de algo en particular, o querían que alguien les preste atención, o me vieron cara de periodista, cuestión que se vinieron como 5 personas a responder al mismo tiempo (o sea, la mitad de la caceroleada... je).
No recuerdo exactamente qué me dijo cada uno, porque todos hablaban al mismo tiempo. Lo que puedo rescatar de la primera pregunta es:
"Corrupción" "Boudou" "Cuba" "estamos hartos" "el pueblo"...
En un momento, un señor dijo algo como "...porque esta dictadura..."
Ahí giré mi cabeza hacia el señor, y le pregunté por qué decía que estábamos en una "dictadura". Se lo tuve que preguntar más de una vez, porque no me escuchaba.
El señor me respondió que este era un gobierno dictatorial porque "hacía lo que quería con impunidad" (sic) y porque "se cagaba en el pueblo" (sic también).
Mi corazón democrático (más que K) me hizo decirle algo como:
"No estamos en una dictadura, a este gobierno lo eligió la gente hace menos de un año, hay que respetar para pedir respeto, ¿no le parece?"
En ese momento, todos los que me estaban escuchando asumieron que yo era K. No sé por qué, pero lo hicieron. Y, en consecuencia, uno de ellos (ella, en realidad) me preguntó:
¿Vos estás con el gobierno?" (o algo así).
"Sí, yo soy Kirchnerista", respondí tranquilamente. E intenté seguir con las preguntas, les dije: "¿Qué esperan que pase con este cacerolazo?"

Pero ya había dicho que "sí", que era "K".
Y, ahora que lo pienso, para qué habré dicho eso... amigos, la cantidad de puteadas que me comí de ahí en mas es irreproducible. Al tacho se fue mi otra pregunta, porque ni la escucharon.
De más está decir que no pude preguntar más nada, ¿no?
Y decí que no soy de quejarme, que si no lo haría por la manera en la que me "sacaron" de su pseudo manifestación.
No me pegaron, pero al tiempo que me "invitaban a retirarme", me empujaban como los mejores.
Así que me fuí. Me volví a mi casa, al grito de "Da, da, vayan a cocinar con esas cacerolas del orto".
Y los 10 caceroludos siguieron en esa esquina, blandiendo sus cacerolas y arengando a los automovilistas que pasaban por ahí. Nota cuasi graciosa: ni un condenado auto les tocó bocina. Ni uno.

No sé cual habrá sido el destino fatídico de los cacerolazos en Capital Federal.
Lo que sí sé es que en esta parte de la Argentina, en el conurbano bonaerense, las ganas de derrocar un gobierno son de... diez personas.
"Seguí participando" dice la promoción, ¿no?
Bueno, eso.

viernes, 1 de junio de 2012

Cacerolas dolarizadas y lo bueno de "los gorilas"

Es curioso cómo funciona la psiquis del ser humano. Aunque más puntualmente, lo que me interesa es el funcionamiento de nosotros, los argentinos, como pueblo, como sujeto colectivo. Y casi en igual medida, el funcionamiento de los medios que tienen especial interés en que este gobierno se vaya.
Y como resultado, la consecuencia de todo esto.

¿Qué me hizo plantear este interrogante?
El cacerolazo de ayer, mis amigos.
Esa revolución Essen de hace pocas horas, ese mini esbozo de "Argentina 2001" para las imaginaciones frondosas, ese intento desesperado de ciertos medios de emular esa tal situación de ese tal momento. Y ese eco envalentonado de 6,7,8 chetos indignados que probablemente ayer se sintieron Gardel y Lepera juntos al blandir sus utensilios de cocina en la esquina de Pueyrredón y Las Heras (ponele).

Créanme o no, lo sucedido ayer, casi casi que me puso contento.
¿Y por qué es esto?
Intentaré explicarme lo mejor que pueda... a ver qué tal me sale.

Causa
¿Vieron eso que dicen, que "todo depende del cristal con el que se mira"? Bueno, yo adaptaría la frase y la convertiría en: "todo depende de quién lo haga".
No es lo mismo que un chorro te pegue un tiro porque sí a que una persona, defendiendo su vida ante un peligro inminente, te pegue un tiro.
No es lo mismo que venga Juancito Perez a hablarte sobre convivencia familiar a que lo haga Barreda.
Así como tampoco es lo mismo que Perez Esquivel te hable de derechos humanos a que lo haga Videla.
No es lo mismo porque los actores no son los mismos. Ante idénticas o similares situaciones, el actor nos produce un efecto completamente distinto. Y -convengamos- es lógico que así sea.

No es lo mismo que una persona de clase media o baja salga a "cacerolear" a que lo haga una de clase media o alta.
¿Por qué?
Nuevamente: porque los actores son distintos.
Y porque más que probablemente, la cacerola se bata por causas muy distintas.
Lo cual cambia todo el panorama.
No es lo mismo hacer ruido cacerolístico porque hay pibes que todavía no tienen para comer que blandir las cacerolas porque no te dejan comprar dólares. O porque te revalúan el campo que tenés; campo que, dicho sea de paso, no es revaluado desde los '90, siendo que al resto de los mortales ciudadanos nos lo hacen todo el tiempo.
No es lo mismo gritar por hambre que gritar por comodidad.

Y en el medio de la causa...
...entran ciertos medios masivos de comunicación que se hacen eco (y qué eco) de estas cuestiones.
Por supuesto que sus propósitos son en la mayoría de los casos diferentes a los de los -ya diría- cuasi ingenuos caceroleros, carne de cañón para estos muchachos. A ellos no les importan los dólares incomprables, ni los revalúos campestres bonaerenses, ni en pueblo en general. A ellos sólo le importa ganar. Y como este gobierno les está jodiendo la quintita, le entran por donde pueden.
Joden porque los joden. Simple y claro.
Pero en el camino, reclutan un puñado de ciudadanos desorientados que le creen al gran bonete, y a otro puñado de garcas igual que ellos, y voilá!!! Como resultado, tenemos un cacerolazo capitalino segmentado. Segmentado, como las retenciones que nunca se pudieron dar, por la curiosa distribución errática y vaga de las protestas.
Ellos -los medios de los que hablo- sí que saben lo que quieren voltear.
Lástima que no se les va a dar.

Consecuencia
"Gorila y cacerola, la lucha es una sola".
Creo que es el cantito que más gracia me dio de todas las ocurrencias que se dieron con respecto a este cacerolazo.
Pero les digo la verdad de toda esta cuestión:
En un principio, me reí del tema.
A los pocos minutos, me dio un toque de bronca..
Y luego de un rato, lo que sentí fue una satisfacción enorme, pero enorme, ¿eh? Créanme.

Porque vi que esto puso nuevamente las cosas y los actores donde deben estar.
Porque gracias al "cacerolazo high society" y los terratenientes campestres pataleando, las filas K comienzan a cerrarse luego de haberse abierto ante disidencias lógicas de gestión e ideas en los últimos tiempos.
Porque gracias a la señora con tapado de piel que ayer blandía su cacerola, muchos indiferentes se acercan.
Porque los que ya éramos K desde antes (como yo), ante esta embestida de ciertos medios y ciertos chetos, dejamos las diferencias y las críticas que podemos tener en stand-by y nos hacemos puño cerrado para que nadie atente contra esta democracia que tanto nos costó y que no vamos a resignar, ni ahora ni nunca.

Este cacerolazo me hizo a mí en lo personal defender a una persona a la que no defendería normalmente: a Daniel Scioli.
Y fue gracias a ustedes, terratenientes golpistas, y a ustedes, medios desestabilizadores.
Gracias y hasta luego.
No pasarán, y esto no es ni una consigna ni una amenaza: es un hecho.

A ustedes, ciudadanos de a pie que están enojados con el gobierno, los dejo afuera de toda puteada. Contra ustedes no tengo nada. Entiendo que están en desacuerdo con el gobierno y lo respeto. Sé que los poderes más espurios del país los usan para su propio beneficio, y sé que de saber esto, no los apoyarían con la vehemencia que lo hacen. Pero no lo saben, y esto también lo sé.


Cacerolas dolarizadas.
La protesta de la clase alta y su eco bobo en la clase media, que en muchos casos ni sabe por qué lo hace. Sólo sabe (la clase alta) que este gobierno no es para ellos, porque hace que los de abajo estén cada vez más cerca, y eso "oh my God", es una afrenta.
Pero los gorilas (término que no suelo usar), en este caso, resultan ser algo bueno.
Son la vara medidora de la que el pueblo se apropia para saber lo que NO quiere ser y lo que NO quiere representar.

Así que... ¡salud! a las cacerolas de teflón dolarizadas, y bienvenidas sean.
Sigan mostrándonos el camino por el cual no debemos ir.
Y gracias por todo.