viernes, 15 de junio de 2012

Bromas, bromistas, insultos e insultantes

Hay gente muy prolija, muuuy pero muy prolija. De esos que no se desacomodan la corbata pero ni por casualidad. Y uno los ve así, pulcros e impolutos cada vez que se los cruza.
Algo así me pasa a mí con los "pulcros de la joda", como yo los llamo.
Los pulcros de la joda son aquellos que, ante cualquier joda, ante cualquier chiste, encuentran un oscuro significado oculto que invariablemente deriva en... cha-chan cha-chaaaannn!!!
La discriminación.

Curiosos personajes son los anteriormente nombrados. Suelen -políticamente- autodenominarse "zurdos", aunque no es condición indispensable, pueden estar orientados hacia la izquierda, hacia la derecha, o pueden ser ambidiestros, para el caso (?).
El tema es que estos personajes tienen una idea aséptica de muchas cosas, casi diría -y lo aseguraría- de la vida. Pero bueno, el aspecto que me interesa en este artículo es el de: el humor.

Nadie sabe bien por qué, pero resulta que, para ellos, nada es susceptible a la joda.
NADA.
Todo es pasible de interpretación (subjetiva, obviamente) ideológica. Todo puede retorcerse hasta hacerte quedar a vos como un sorete. Todo puede ser usado en tu contra, básicamente.
Por lo cual, cuando vos hacés un chiste sobre algún tema, ellos enseguida aparecen para gritarte: "discriminación!!!". Y vos no entendés de qué te están hablando, no entendés qué carajos dijiste mal ni a quién discriminaste o a quién ofendiste.
Pero es que así son ellos, ese es su modus operandi. Aparecerse en el medio de tu joda para gritarte que, en realidad, vos sos un discriminador de mierda, y lo que es peor... que lo sabés y lo hacés a propósito, porque sos un facho que odia a Marx, a Lenin, a Mafalda y por ende, al mundo todo.

Entonces, para ellos, si le decís "andá, puto" a alguien... sos homofóbico.
Si decís "a esa no me la como ni mamado porque me parece más fea que la que la parió"... sos un misógino.

Y así sucesivamente.

Pero ojo!!! Porque a veces, ciertas jodas  son discriminatorias.
Quizás sea por eso que ante ciertas cosas es tan fácil caer en el error -o el artero propósito malintencionado- de señalar con el dedo prístino de la pulcritud.

Pero en realidad, la cosa radica en algo muy pero muy simple.
Todo este tema yace en la intención de la broma.
Porque cuando una joda -cualquiera sea- es hecha con el mero propósito de denigrar, deslegitimar, basurear, ningunear o insultar a una porción en particular de gente, sea cual fuera... eso sí que es repudiable.
Pero me pregunto, así como al pasar:
¿Qué dirían los pulcros de la joda si yo hiciera la siguiente broma?:
"¿Que me vaya a la concha de mi madre? Bueno, ya mismo me pongo a buscar en qué tumba está porque no me acuerdo".
¿Qué me diría un pulcro de la joda, eh?
Que soy una basura que se atreve a joder con la muerte de una madre, seguro.
Pero ¿qué pasaría si ese pulcro supiera que mi vieja está muerta en serio? ¿Me diría lo mismo?
No lo creo. Y no me lo diría porque sabría el contexto. Y por ende, sabría la historia, y entonces sabría que mi intención no es la de cagarme en ninguna madre. Entendería (espero) que lo mío es simple humor, humor negro si es que se quiere, pero humor que no tiene como intencionalidad joder a nadie, por lo tanto no tiene intención de ser "discriminatorio", y por tanto, no lo es.

Repito: lo que importa no es tanto lo dicho en sí, sino la intención de lo dicho, por qué se lo dice, desde qué lugar se lo dice y -sobre todo- con qué intención se lo dice.

O sea, a ver si nos entendemos:
Hacer un chiste sobre madres muertas no me convierte en un hijo que se caga en su madre.
Hacer un chiste de gallegos no me convierte en un odiador de españoles.
Hacer un chiste de Jaimito no me convierte en un odiador de niños.
Hacer un chiste de mujeres no me convierte en un misógino.
Hacer un chiste de gays no me convierte en un homofóbico.

Las cosas son -por suerte- más complejas y más profundas que esa idiotez cuadrada. La homofobia, la misoginia, todo eso pasa por otro lado, que no necesariamente tiene que ver con "una joda".
No sean tan básicos, señores pulcros de la joda. Que la vida no es tan encasillante como ustedes creen que es.



APÉNDICE
Nota aparte pero necesaria:
Algo similar pasa con los pulcros de los insultos, que son aquellos que en todo insulto encuentran algo para decir que vos, pebete, discriminás.
Un insulto es insultante, valga la redundancia, está diseñado para eso, a ver si nos enteramos.
Decirle "mogólico" a alguien no es más insultante que decirle "pelotudo", "cretino", "idiota" o "hijo de puta". La intención es la misma en todos los casos: INSULTAR.
¿Te parece discriminador que alguien diga "mogólico" porque se discrimina con una enfermedad? A mí también me parece eso en un principio, pero ¿sabés qué? Decir "cretino" es también discriminar a los que padecen de cretinismo, una enfermedad por demás fea. O decir "idiota", burlándose de otra enfermedad por demás triste. Y qué decir de los que dicen "hijo de puta", cuando vaya a saber uno si la madre del insultado es, en efecto, una señora con esas características.
La realidad es que cuando uno insulta, le dice algo feo al otro, y no prensa en la connotación sociológica de la palabra que usa como insulto, ni es su intención herir a ninguna discapacidad ni nada, sino simplemente putear al que tiene enfrente, simple y claro.
A ver si nos dejamos de joder un poco con las suceptibilidades y con esa costumbre de hacernos paladines de todas las causas que nos parecen "nobles". No todo insulto merece una denuncia ante el INADI. No jodamos.
Cuando uno insulta, no está pensando en la ideología ni en la etimología en sí de la palabra que emite. Caramba, que uno está insultando, tan luego. ¿Desde cuándo tanta corrección ante algo que no tiene nada de correcto? ¿Desde cuándo tanta moral en una puteada?

3 comentarios:

javiercyberman dijo...

Inspirado en boludon que ambos sabemos quien es...uh dije boludon...me va a agarrar el pulcro de la joda!!

Tuqui dijo...

JAJAJAJAJA!!! Si, amigo, este artículo me lo inspiró el bobote que ambos estamos pensando.
Pero no creas que fue solamente él, sería injusto decir eso. Hace tiempo que veo, escucho y leo cosas parecidas e igual de idiotas. Y todo eso, que vengo percibiendo de hace tiempo, dio como resultado esto que acabás de leer.

Abrazo enorme!!! Y gracias por comentar

Anónimo dijo...

Entiendo.. No se puede ser puritano cuando se trata de corregir la forma en la que se debe insultar.

Ahora, lo que haces acá es intentar justificarte: "Yo insulto y puedo hacerlo como se me da a gana, no hay limites para insultar a alguien". La intención de insultar es herir a alguien y se puede hacer en menor o mayor medida. El grado en que lo hagas depende de que tan importante es que esa persona se sienta herida. Eso también marca el grado de violencia de la persona que insulta.

Eso es para los insultos. Para los chistes deben haber límites. "Yo no discrimino cuando digo que los gallegos son tan tontos que... porque es solo un chiste. Si se sienten ofendidos es porque lo ven de forma subjetiva". No veo la forma en que un gallego pueda ver eso de forma objetiva.