Hola de nuevo

Puffff, no sé quien leerá esto, pero bueno, ahí va...
Hace más de tres meses que no publico nada. No sé si alguien se habrá dado cuenta o no. Y no es por despreciar a nadie, pero la verdad es que no me importa. Hay momentos en los que no dan ganas de hacer nada. Hay momentos surrealistas en los que uno no puede creer que eso es lo que uno está viviendo, aunque sea tan real y tan palpable.
La realidad es que hace tres meses que no publico nada porque hace tres meses que falleció mi mamá. Y en estos tres meses no me dieron ganas de hacer nada, y eso incluía ocuparse de publicar algo en un blog, en mi blog. De hecho, no me importaba mi blog, o cualquier lado, la realidad es que daba igual. Daba igual el blog, mi blog, así como daba igual cualquier otro blog y cualquier otra página y cualquier otra cosa para el caso, daba igual.
Hace un tiempo, después de que le dijera chau a mi vieja, sentí que nunca nada más iba a tener importancia. A veces me vuelve a pasar, y siempre tengo la sensación de que esa cosa de sentir que nada tiene sentido la voy a tener al lado un tiempo bien largo, y viene y se va, y nunca sé cuando ni como ni cuanto va a durar. Pero en los momentos en los que eso no me pasa, el resto se asoma. Y ese resto es el que me hace, por ejemplo, escribir esto que estoy escribiendo ahora. Y seguro van a haber muchas cosas más que voy a escribir, y si no las escribo las voy a decir, o no sé bien qué, pero algo voy a hacer. Lo que sí, va a haber algo diferente en lo que diga, escriba o lo que sea, que es algo que me viene pasando desde el día en que mi mamá se me fue. Y eso va a ser que, por una razón u otra, me voy a acordar que lo que putas diga, es porque me lo enseñó ella.

Salute, mamá. Te quiero.