jueves, 23 de febrero de 2012

Once, trenes y un pensamiento poco original


No sé si alguna vez te pasó eso de sentarte a escribir y no saber qué. Pasarte un rato largo frente al teclado maquinando, dándole una pitada más al pucho, mirando la pantalla... y no saber ni cómo terminar la frase que habías empezado a pensar segundos antes. O comenzar a escribir algo y a la mitad darle a la tecla volver para borrar lo escrito.
Eso es lo que me pasa a mí ahora.

No quiero escribir otra nota más sobre la tragedia de Once, aún otra opinión más. Mucho menos quiero ser original. En este momento no me sale, ni una cosa ni la otra.
Lo único que quiero escribir -renunciando a todo atisbo de originalidad- es que estoy triste. Lo digo con toda la honestidad que sé que tengo. Aunque algunos quizás no me crean, y está bien, no tienen por qué. Después de todo, no me conocen.
Pero estoy triste.
No pensé que un hecho que involucra gente que no conozco me iba a pegar de esta manera, como si se tratara casi de algo personal, pero qué decir... hay ciertas cosas que lo sorprenden hasta a uno.

Hoy hay 50 de nosotros menos.
Cincuenta de nosotros, sí.
Cualquiera de esas personas podría haber sido yo. Sólo un aleatorio capricho del destino hizo que no sea así.
Hoy hay cincuenta familias, cincuenta padres y madres, cincuenta grupos de amigos, cincuenta novios/as, cincuenta compañeros de trabajo que tienen a uno menos de ellos. O dos. O más.
Y sufren. Por la pérdida y por el absurdo. La vieja siempre te dice "no andes de noche por X lugar, mejor tomate un taxi, no vayas a la cancha justo este partido, mirá bien cuando cruzás, manejá despacio, ponete el cinturón de seguridad". Pero ¿a quién se le ocurriría temer por tomar un tren? Absurdo. El absurdo hecho realidad.

Como dije, no pretendo ser original con esto que estoy escribiendo. Tampoco pretendo ser agudo, con nada ni con nadie. Ni punzante. Ni nada.
No me da el cuero. Se lo dejo a quien le de.
Yo sólo quería decir que estoy triste.
Y enviar -aunque no me van a leer- un abrazo solidario a las cincuenta familias, amigos, novias, compañeros de esos 50 de nosotros menos que hoy tenemos.

4 comentarios:

Turkish dijo...

Fue una tragedia, es una tristeza muy grande. Que bronca que algunos medios de comunicación se sirvan de algo tan terrible para sus negocios.

Es entendible que no tengas palabras, mi amigo, no sé si existen palabras...

el_lu dijo...

no "Sólo un aleatorio capricho del destino", fue una masacre.

fue la corrupcion de este sistema
con tba, el gobierno K y los sindicatos burocratas a la cabeza


y se podria haber evitado

eso no es azar

Anónimo dijo...

...Schiavi renunciando dos semanas después "por problemas de salud" y no habiendo sido echado a patadas ni bien ocurrió la masacre (tragedia no, no es azar, es desidia), esa renuncia en la cual dice que sólo realizó algún pecado venial, ESA es la tragedia.

Identidadmia

Anónimo dijo...

Tuqui y tus lectores, me permito poner algo para que lean y escuchen, es de una muchacha que se llama María Laura Ricciardi, ese día viajaba en el cuarto vagon. Ella escribe y narra lo que significa viajar en el tren sarmiento, ese mismo que hace dejo 703 heridos y 51 muertos. ¿Se puede decir luego que sólo fue una fatalidad o fue una tragedia anunciada? Identidadmia
http://audioblogs.cienradios.com.ar/zloto/2012/02/29/carta_abierta_al_secretario_de_transporte_por_maria_laura_ricciardi/