Opiniones personales sobre diversos temas. De vez en cuando, información que no se encuentra en otros lados (al menos no tan fácilmente). Puntos de vista individuales para las masas, interpretaciones varias sobre el mundo que nos rodea. En pocas palabras: sitio en el que se habla de la realidad. Realidad que es tan objetiva o subjetiva como cada uno la quiera o la pueda ver.
domingo, 4 de marzo de 2012
Una idea absurda (y pasada de moda)
“Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo.
El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo. Eso, mi querido amigo, es el fin de cualquier Nación.
No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.
Pero mire usted qué lindo. ¿Espera un aplauso o algo así cuando me tire ese párrafo por la cabeza?
Sepa desde al vamos que no va a recibir lo que usted espera, sino más bien una gruesa carcajada, y eso si estoy de humor.
Ese párrafo -tan difundido entre ciertos sectores- es, para empezar, de una chatura importantísima. Ese 2+2=4 barato no cierra ni por asomo.
Y para seguir es un concepto erróneo.
¡Ojo! No es que lo digo yo así porque soy guapo. Nada de eso.
Lo dice la experiencia. La experiencia que tuvimos acá (yamal que para, yamal que cierra, por ejemplo) y lo tienen ahora en gran parte de Europa y en EEUU también.
Ese pseudo concepto que apunta a decir que lo que supuestamente no sirve se va, se excluye. Que si algo no genera ganancias no sirve. Y que justamente el Estado es una gran compañía que divide ganancias. Un concepto que reduce al Estado al mero rol de una empresa corporativa, que “premia” al productivo y aísla al que “no sirve”. Así sin más. Como si se tratara de números, fríos, distantes. No de personas, de seres humanos, de sujetos de derecho que forman parte de una sociedad.
Pero lo que más me llama la atención de la adoración a esta idea por demás neoliberal es el hecho de que no sé si saben quién es el autor.
Quien escribió esta animalada es un sujeto llamdo Adrian Rogers.
¿Y quién es Adrian Rogers?
Bueno, más bien "quién fue", ya que murió en el año 2005.
Pero, o sea, ¿quién fue?
¿Un economista?
¿Un político?
¿Un dirigente sindical?
¿Un periodista?
No, amigos.
Adrian Rogers fue un pastor estadounidense.
Sí, un pastor. Un miembro de la iglesia bautista de Estados Unidos.
Y un tipo de pensamiento conservador, o sea de derecha. Conservador en EEUU, o sea… si Obama (que se supone es menos conserva que los otros) ya es derechista, imagínense a este tipo.
Sin mencionar que -lo recuerdo otra vez- era PASTOR.
Esto es:
La frase que muchos recitan cual rosario sagrado no es nada más que las palabras de un simple pastor de iglesia yanqui, que encima era conservador en un país de conservadores.
O sea, un hombre que no tenía ni la menor idea de política y que -si algo más le faltaba para desacreditarse solo- pertenecía al ala derechista estadounidense.
Ya que la onda viene de un religioso, les pido...
Por Dios
PIENSEN UN POQUITO MÁS CUANDO ALABAN IDEAS AJENAS
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