Todavía me acuerdo del 28 de Junio del 2009, cuando la oposición gritaba su triunfo en todos los medios. Me acuerdo de Néstor diciendo "perdimos por dos puntitos", Macri bailando con Michetti, De Narvaez con su sonriente "alica-alicate", Lilita avisando que nos habíamos salvado de morir a manos de los K, el peronismo antiperonista faltándole el respeto a Evita al cantar la marchita. Estaban tan contentos, habían ganado. De repente se olvidaron de las denuncias de fraude que habían hecho correr meses antes, diciendo que seguro, pero segurísimo iba a haber trampa, trampa que por supuesto ni siquiera se molestaron en explicar. La cosa es que estaban felices; decían a quien los quiera escuchar y a quien no que las cosas iban a cambiar en Argentina, que ahora sí iban a imponer su agenda y no la del gobierno, que por fin iban a sacar el país adelante (como si estuvieran hablando en Diciembre del 2001).
También me acuerdo de las gastadas, las chicanas y las pretendidas humillaciones (pretendidas porque no lo lograron) de muchos seguidores de la oposición, que me recordaban por todos lados que el Kirchnerismo había perdido, que "ahora iba a ver", que yo era un loser como todos los KK y qué se yo cuantas cosas más. Eso fue bastante gracioso, porque yo en esa época no era K, lo que se dice K, pero por las dudas me entraban lo mismo. Ojo, también estuvieron aquellos anti K que no me bardearon y guardaron un respetuoso silencio, esto lo tengo que decir, y les agradezco la nobleza; ellos saben quienes son.
Pocos meses pasaron, todavía no se había hecho el recambio en el Parlamento, y de pronto PUM! aparece el tratamiento de la Ley de Medios. Mamita, el quilombo que armó la opo con eso... que ley mordaza, que TN podía desaparecer, que la Ley de Medios K, que el Congreso carecía de legitimidad. Octubre de 2009, la ley se aprueba por amplia mayoría en el Senado (44 a 24). Ahí Macri dejó de bailar.
Llegó el 2010 y la oposición se armó de nuevo. Esta vez, con las reservas. Martín Redrado, presidente del BCRA en ese entonces, no autorizaba la extracción de fondos de reservas para cancelar deuda con organismos internacionales, y el bloque A poco menos que bailaba en las calles. Se amontonaban ante los micrófonos de TN para decir mentiras tales como que "estaban cuidando los ahorros de los Argentinos", que no iban a permitir que Cristina le "eche mano a las reservas", que lo recontra bancaban a Redrado quien, en ese momento, pasó a ser San Francisco de Asís para el PRO, la CC, el Radicalismo y el Peronismo antiperonista (ellos le llaman "federal"). Al poco tiempo, Cristina y el directorio del BCRA lo rajaron a Redrado por atrevido y pusieron a Mercedes Marcó del Pont. La nueva directora, rápidamente autorizó la extracción de los fondos y finalmente la deuda se pagó con reservas como se había acordado el año anterior. Como perlita de esta situación, el Ministro de Economía Boudou se presentó ante los congresistas y les dio una paliza intelectual de tal magnitud que creo que Morales todavía cuando lo ve a Amado, se esconde atrás de una columna. Ahí De Narvaez cambió su slogan por "jodeme-jodete".
Pasó un tiempo y qué se vino? El intento de anulación del impuesto al cheque. Otra vez, la oposición gritaba de alegría pensando que, ahora sí, se la iban a dar al gobierno. El temita fue que para que esta modificación pudiera ser aprobada, se necesitaba lo que se llama "mayoría absoluta" o "mayoría especial"; esto es, dos terceras partes del total de los congresistas en actividad que votaran para esta modificación, no dos terceras partes de los que estuvieran ese día en el recinto, lo cual es "mayoría simple". En este caso, necesitaban en el Senado 37 congresistas que votaran a favor de la modificación. Pero llegaron a 35 y la ley, siendo nula por esto, no se pudo aprobar. Ahí Lilita se tragó un rosario, naranja de bronca y de cama solar.
Hace pocos días, se sancionó el 82% móvil a los jubilados. Con esta Ley la oposición se relamía de gusto, pensando que al cambiar de estrategia y en vez de querer ajustar al Poder Ejecutivo lo iban a llevar a la quiebra por semejante gasto imposible de sostener, iban a lograr la simpatía de la gente y el odio hacia el gobierno de los habitantes de la Argentina, ya que era más que sabido que Cristina iba a vetar dicha Ley. Y Cristina así lo hizo: al día siguiente de la sanción, la vetó por tener serias y obvias fallas y por ir contra el Art. 38 de la Constitución. Pero la opo se sorprendió al ver que esta vez la gente (o por lo menos un amplio sector) le dio la razón a la Presidenta; y no sólo eso, sino que vieron que los estaban empezando a mirar como mamarrachos, como políticos que lo único que hacen es poner palos en la rueda, que se oponen a todo sin fijarse en qué sólo por estar en contra del gobierno y hacer más difícil el mandato. Hasta en una encuesta de Clarín salió que casi un 75% creía que era imposible de implementar el 82% móvil (lo tienen más abajo). Ahí el Peronismo antiperonista dejó de silbar la marchita.
Ya pasó más de un año desde que la oposición hizo una gran fiesta por las elecciones legislativas. Pasó más de un año desde que el Grupo A prometió que todo iba a cambiar en el país, desde que sonrieron felices en los programas de televisión diciendo que habían ganado, que le iban a poner un freno al Poder Ejecutivo, que las cosas iban a ser como ellos las dijeran, que iban a sancionar los mil y un proyectos, que iban a imponer su agenda y voluntad. Y yo me pregunto: qué se siente haber salido victoriosos en una elección y de ahí en más perder credibilidad a medida que pasa el tiempo? Qué se siente saber que tienen mayoría en el Congreso y que aún así no les sale una derecha? Qué se siente haber ganado y, pese a eso, perder en cada cosa que se intenta? Qué se siente entrar en ese sinsentido? Si tan sólo esto fuera (como muchos opositores lo quieren hacer aparecer) un partido de fútbol, sería bien simple. Boquita le mete 6 goles a River y ya está, ganó Boquita (sí, soy de Boca). Pero acá no estoy hablando de un partido de fútbol, y por lo tanto, no es tan simple. El tiempo está demostrando que en política se puede ser lo que una vez más está demostrando ser la oposición; un fracaso. Vencedores vencidos, que le dicen. Pero igual yo me sigo preguntando, y si alguna vez me cruzo con algún opositor, capaz me voy a sacar la duda: qué se siente perder habiendo ganado?
1 comentario:
Leer el mundo blog, bastante bueno
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