martes, 30 de noviembre de 2010

Otra mentira de Clarín, y van

El 23 de Noviembre pasado, el diario Clarín en su sección Economía publica una nota titulada:

Presión impositiva récord: hay que trabajar medio año para el Estado
En el cuerpo de esa nota se asegura lo siguiente:
Un asalariado que paga todos sus impuestos debe trabajar desde el primero de enero hasta el 17 de junio para cumplir con sus obligaciones tributarias. Llega a 31,5% del PBI, 10 puntos más que la que regía en 2001 y, de acuerdo al experto Nadín Argañaraz, es lo que explica el alto nivel de gasto.



Para hacer esta aseveración, Clarín dice que se basó en un estudio hecho por el experto en economía nombrado arriba, Nadín Argañaraz.
Pero... qué pasó? Que el diario digital Diario Registrado, en su edición del 24 de Noviembre, saca una nota titulada:

El engaño de Clarín sobre la presión fiscal
Y allí, se lo consulta precisamente al autor del estudio, don Argañaraz. En el artículo se explica la situación verdadera, que es la siguiente:
La nota se basa en un trabajo publicado el 17 de junio por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Nadin Argañaraz, presidente de Iaraf, aclaró que "es muy impactante la forma en que Clarín presentó la información. En el estudio, nosotros analizamos la carga impositiva legal, que es un concepto teórico, pero no la carga efectiva. Por eso, no es cierto que se trabaje medio año para el Estado." El estudio analiza la carga impositiva legal, que es un concepto teórico, pero no la carga efectiva (que se da en la práctica y es mucho mas baja) y es por eso, precisamente, que "no es cierto" que se trabaje medio año para el Estado. "Lo que hizo el diario fue que tomó el estudio nuestro de carga impositiva legal y la compararon con la efectiva de otros países, por eso la Argentina aparece en los lugares más altos" dijo a DR Ariel Barraud, economista de Iaraf.

Pasando en limpio y a lo bestia: Clarín saca una nota en la que dice que los ciudadanos deben trabajar durante medio año para pagar sus obligaciones fiscales. Esto quiere decir que medio año de sus sueldos se van en garparle al Estado. Para asegurar esto, toman un estudio hecho por Nadín Argañaraz. Hasta ahí todo bien; qué barbaridad, estos K nos sacan la mitad del sueldo de un año!!!
Pero ojo, porque como todos ya sabemos, en este diario siempre hay que buscar la trampa, aunque sea por las dudas. Y la trampa está en que en realidad, Clarín tomó los "números" legales (o sea, en la teoría), que siempre son mucho más altos que los efectivos (en la práctica). Por eso es que la cifra da tan alta, porque se basaron en números teóricos, o sea, ficticios.

Conclusión? Clarín mintió. Y no estoy diciendo que tergiversó una noticia, o que contó parte de ella, o que hizo una interpretación libre de determinado hecho. Estoy diciendo, estoy asegurando que faltó a la verdad, lisa y llanamente.
Clarín
mintió.

Una vez más.

4 comentarios:

Greta dijo...

¿Por qué no me sorprende nada de lo que haga Clarín?
Si son capaces de apropiarse de una empresa a como dé lugar, de encubrir a una apropiadora de niños y de actuar como mafiosos...¿por qué no van a mentir, si sería el menos grave de sus pecados?

viejitomatias dijo...

Es tan pero tan alevoso,que hace rato pasó los límites del "miente miente que algo quedará" y lo terminará polarizando hasta que dentro de muy poco nadie le creerá,sea que mienta o que diga la verdad.
Le sacamos,(o se arrancaron)el corazón de un medio de información que es la credibilidad.

Como la fábula del lobo y el pastorcito mentiroso.Cuando venga el lobo no grites ni suenes,porque nadie te creerá Clarín.

Anónimo dijo...

Clarin lleva adelante desde hace décadas una verdadera 'ingeniería' de la manipulación de la información y los datos.
Para cuando una figura legal bien clara que condene que condene estas maniobras mediáticas?.

patruja dijo...

Fer, muy bueno el trabajo de seguimiento, incesante como las mentiras del moribundo monopolio; no es casualidad la estrategia utilizada, tené en cuenta que se trabajó durante muchos años para llegar a hacer posible que sean pocos los que puedan dar interpretación exacta a la información, mucho más, si se trata de algo tan preciso como la de cuetión; como también son pocos los que se animaran a hacer saber del aprovechamiento mal dirigido de información de su autoría